26/12/11

La Navidad me turra

La Navidad ME turra. Soberanamente, majo. Si quieres Lo Discutimos. Y si no quieres, no. TU a tu bola, YO a la mía. As usual, por otra parte.

Lo reconozco, tengo un punto asocial que ME hace ser pelín mala compañía en estos menesteres navideños, qué le vamos a hacer, no hay salida posible para este círculo invfernal. Principalmente porque no ME da la gana. Y así, es difícil.

Hace semanas que nadie escribe por aquí. Entre medias muchos aconteceres. Algunos de ellos tan intensos que parece nos han dejado sin ganas de darle leña al mono. Pero tranquilos que ya estoy yo aquí para reavivar el fuego que todo lo purifica y que la nieve derrite. Que os estáis quedando en la parra.

Vamos por partes:

  1. Rupturas inexplicables. Estoy cabreado, bastante cabreado, viendo cómo gente a la que quiero deja de quererse. ¡Coño, seguir queriéndoos! Sí, esto va por vosotros, capullos.
  2. ZP a su puta casa. ¡Qué ganas tenía! (no sólo de gritárselo sino de verlo hecho realidad). Barbas, Galego, que te veo, ahora que Papá Öel te ha traído lo que pediste ... te vigilo.
  3. Urdangarín a la sección de deportes, privado del aura real. Chorizo arrogante, devuélveme la pasta que me robaste. 
  4. Y último, y más importante, Alguno y Alguna se ha dedicado a hacer guarreridas españolas nocturnas ¡juntos y revueltos! ... ¿y ahora qué? ¿ánde váis a colocar la cunita? Si es que lo hacéis todo a las bravas, sin pensar en las consecuencias :)

A ver, que me vierto por momentos, hablemos de mi libro: LA NAVIDAD ME TURRA.

Esto de que por webs nos tengamos que pasar dos semanas abrazándonos, felices, comiendo, sonrientes, bebiendo, contentos de habernos conocido, cenando, haciéndonos regalos, besándonos ... ¿soy el único al que esto le parece una anormalidad? Léase en el más puro significado de falto de normalidad. ¿A alguien le parece normal la Navidad?

Pim, pam, pum, Papá Öel vai tomar polo cú.

¿Alguien es más feliz que otro día porque es Navidad? (escolares y maestros eviten responder que se me jode el argumento del post)

Sí, reconozco que mi punto de vista es, cuando menos, difícilmente defendible, concretando, lo es menos cuanto más inundado de felicidad navideña esté el dialecticoponente, osea tú. Qué enjundia de frase, me ha salido preciosa y difícilmente ininteligible. O al revés (no, alrevés, no, que tó junto no existe).

No busco firmar aquí una tesis doctoral sobre lo absurdo de la asociación felicidad-Navidad. Sólo busco lanzar un par de mensajitos a tú ya sabes quién, dar un poco por saco, y volver a  hacer que el blog salga en las búsquedas orgánicas de Google, independientemente de que la Navidad me turre.

Objetivo cumplido.

¡Feliz Navidad!