10/10/11

La vie en gris


A ver si esta vez lo discutimos. La pregunta es: ¿Merece la pena vivir emociones finitas, con sus correspondientes frustraciones finitas, o es mejor vivir de forma infinitamente grisácea?


Pongamos el ejemplo de la montaña rusa, sube, baja y, eventualmente, hay algún tramo recto (que es donde el pasajero medio aprovecha para vomitar). En realidad, si sumas los ángulos ascendentes y les restas los descendentes, el resultado es cero. O sea la montaña rusa te sube lo mismo que te baja. ¿Merece entonces la pena subirse a una montaña rusa? La respuesta es no.

Si trasladamos esta alegoría absurda a la vida, una gran emoción es seguida generalmente por una gran desilusión, el resultado matemático es también cero. ¿Merece entonces la pena vivir emociones? La respuesta es no.

Puedes vivir 35 años con nota 10 y otros 35 años con nota cero. Cuando tienes 70, tu media es cinco. Si vives 35 años con nota cinco y otros 35 con nota cinco, cuando tengas 70, tu media es cinco. Llegas al mismo resultado de dos formas distintas. Lo que hay que decidir es si quieres la primera opción...o la segunda. Y hoy, me decanto por la segunda.

Verdades inmutables: Para qué el blanco o el negro, existiendo el gris.

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